A 60 años de la muerte de Marilyn Monroe, su fuerza como ícono hollywoodense parece no haber disminuido. La popularidad que alcanzó es tal que el retrato que el artista Andy Warhol hizo de ella constituye una de las obras más famosas del siglo XX, e incluso en la actualidad su rostro es utilizado tanto como objeto de merchandising y en publicaciones de diversas redes sociales. El magnetismo de la imagen que proyectaba la actriz está también presente en la película Blonde (Rubia) de Andrew Dominik, que en sus primeros minutos reproduce el célebre momento de Monroe con un vestido blanco que se mueve producto de un ducto de ventilación, pero el largometraje es, asimismo, una exploración de la mujer que estaba detrás de esos momentos.
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