En el cine de Charlie Kaufman es habitual que las líneas entre realidad y fantasía se difuminen, llegando en algunos casos a ocupar guiños metaficticios. El ejemplo más claro se encuentra en la primera adaptación que hizo de un libro, convenientemente titulada Adaptation (2002), en la que uno de los personajes principales es una versión ficticia de él mismo, quien debe escribir un guion basado en El ladrón de orquídeas de Susan Orlean, la obra en la que está inspirada esa cinta. En su nueva película, I’m thinking of Ending Things (Pienso en el final), que toma como base la novela homónima de Iain Reid, las referencias que trascienden las barreras de la ficción o juegan con la cuarta pared no son tan manifiestas, pero siguen estando ahí, adoptando otras formas.
sin sentido 