Memoria (2021)

La película Memoria de Apichatpong Weerasethakul comienza con una explosión, o mejor dicho con un estruendo. La protagonista, una escocesa llamada Jessica Holland (Tilda Swinton) que vive en Colombia, se despierta debido a un ruido que escucha durante la noche, lo suficientemente repentino y estrepitoso para alarmarla, pero cuyo origen no logra descifrar de inmediato. No se trata del ruido de alguna construcción cercana ni de algo que provenga de la calle, e incluso la naturaleza del sonido es difícil de definir. En una escena posterior del largometraje, la mujer lo describe como “una bola enorme de concreto que cae en un fondo de metal, rodeada de agua de mar”; es decir, una sensación bastante específica, pero compleja de explicar a alguien que no la ha experimentado.

The Black Phone (2021)

En El resplandor, una de las novelas más famosas de Stephen King, la habilidad de Danny Torrance para comunicarse con el mundo de los muertos es una experiencia terrorífica. Cuando llega al hotel Overlook junto a su familia, las apariciones de las personas que murieron en ese lugar están acompañadas de una atmósfera inquietante, de pesadilla. El protagonista de la película The Black Phone (El teléfono negro) de Scott Derrickson también es capaz de sentir la presencia de los fantasmas -un elemento que tiene algo anecdótico, ya que el cuento que sirve como base para la historia fue escrito por Joe Hill, hijo de King-, pero en este caso pasan de ser de una amenaza a una inesperada fuente de ayuda.

No Man of God (2021)

El morbo y hasta fascinación que provocan los asesinos en serie sobre parte de la cultura popular estadounidense parecen tener una especial fuerza en el caso de Ted Bundy. A pesar de lo horribles que fueron sus crímenes -que tuvieron como víctimas a mujeres jóvenes-, este individuo llegó a ser descrito como carismático y atractivo por algunos medios, lo que explicaría el gran número de películas, libros y documentales que se han hecho sobre él. Existe un interés por descifrar a estos criminales, y Bundy es uno que genera gran interés entre los espectadores. No Man of God de Amber Sealey es otro largometraje más que gira en torno a su figura, pero el enfoque que pretende utilizar tiene algunas particularidades que tratan de diferenciarlo de obras anteriores.

On the Count of Three (2021)

La imagen de dos o más personajes apuntándose con pistolas, listos para apretar el gatillo, parece ser un elemento recurrente en la historia del cine. Ya sean los vaqueros de Sergio Leone o los delincuentes de Quentin Tarantino y John Woo, se trata de una idea que tiene un llamativo componente visual. La película On the Count of Three de Jerrod Carmichael también recurre a ese tipo de escena, la que incluso da inicio al largometraje. Pero si bien los protagonistas de la cinta están empuñando unas armas durante esos minutos introductorios del relato, el motivo no consiste en un enfrentamiento entre ellos, sino que, en algo consensuado, algo que solo dos personas con la confianza suficiente podrían proponerse: un pacto suicida.

L’événement (2021)

Aunque es uno de los temas centrales de esta obra, la palabra “aborto” apenas es mencionada en un par de escenas de L’événement. La película de Audrey Diwan, una adaptación de la novela homónima de Annie Ernaux, gira en torno al esfuerzo de la protagonista por interrumpir su embarazo, pero el contexto en que transcurre la historia la obliga a abordar ese elemento con secretismo. El silencio del personaje se extiende no solo al hecho de estar embarazada, sino también a la decisión que tomó y a la forma en que quiere concretarla, por lo que son recurrentes las indirectas y eufemismos a lo largo del relato. Es justamente ese mutismo el que termina convirtiéndose en la gran fortaleza narrativa y temática de la cinta, al punto de tener un efecto más poderoso que las simples palabras.

Re Granchio (2021)

Con Re Granchio (The Tale of King Crab), su debut en las películas de ficción, los directores italianos Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppis vuelven a ocupar un elemento recurrente dentro de su filmografía. Al igual que sus trabajos anteriores, los documentales Belva nera (2013) e Il solengo (2015), la obra aplica como marco narrativo el recurso de los relatos orales. Antes del cine, la literatura y el teatro, las historias eran transmitidas solo a través de la palabra hablada, en una práctica que parece remontarse a los mismos orígenes de nuestro lenguaje. Los cineastas reconocen el valor de esa tradición y, como una manera de revitalizarla, se convierten en continuadores y preservadores de un tesoro que es al mismo tiempo frágil y antiguo.

Hytti nro 6 (2021)

En Before Sunrise (1995) de Richard Linklater, un encuentro casual dentro de un tren cambia para siempre la vida de sus protagonistas, quienes a partir de entonces entablan una inesperada pero profunda conexión personal. Ese escenario es también el lugar donde se conocen los personajes principales de la película Hytti nro 6 (Compartment No. 6) de Juho Kuosmanen, pero si bien su relación igualmente se termina inclinando hacia lo afectivo, la forma en que este relato se desenvuelve escapa de los lugares comunes de las obras más convencionales. A diferencia del encantador verano de Viena, ideal para el romance juvenil, lo que nos espera acá es el inclemente frío del norte de Siberia y la experiencia de dos individuos a la deriva.

Babardeală cu bucluc sau porno balamuc (2021)

Como en Love (2015) de Gaspar Noé, los primeros minutos de la película rumana Babardeală cu bucluc sau porno balamuc (Bad Luck Banging or Loony Porn; Sexo desafortunado o porno loco) parecen una especie de declaración de principios. Ambas obras parten con imágenes de sexo explícito entre dos personajes, dotadas de un nivel de osadía inusual para el cine no pornográfico, incluso para aquellas cintas que se alejan de lo comercial. La decisión puede ser vista como un intento del director Radu Jude de desafiar a la audiencia, a través de una actitud que le ha valido a ciertos cineastas el apelativo de “provocadores”, pero a medida que el relato avanza vemos que su objetivo trasciende el mero escándalo pasajero y apunta a cuestionamientos más intrigantes.

Mis hermanos sueñan despiertos (2021)

El fuego es un elemento catalizador dentro de Mis hermanos sueñan despiertos, el segundo largometraje de la cineasta chilena Claudia Huaiquimilla. Su poder voraz es escogido por los personajes como un mecanismo eficaz para alcanzar un objetivo determinado, pero es justamente esea capacidad destructiva la que lo convierte en algo peligroso, incontrolable. Se trata de una medida desesperada, un último recurso que parece ser la única opción que tienen a su alcance, cuando todos los otros caminos han fracasado y no se ve una alternativa en el horizonte. No sorprende, por lo tanto, que la obra fue producida tras el inicio del estallido social en el país, como un reflejo no solo de algunos problemas denunciados durante esas protestas sino también de los métodos utilizados en ellas.

The Humans (2021)

Cuando una obra de teatro es llevada al cine, es poco habitual que el dramaturgo original sea también el encargado de escribir y dirigir la película. Sin embargo, después de que Florian Zeller lo hiciera en The Father (2020) no tuvimos que esperar mucho para encontrar otro ejemplo, en este caso The Humans de Stephen Karam. Aunque esa cercanía con el material podría actuar como un obstáculo para hacer los cambios necesarios de una versión cinematográfica de lo que fue pensado primero como una historia sobre el escenario, en realidad funciona de la manera opuesta. En vez de inspirar un temor reverencial hacia las obras, les otorga el entendimiento suficiente para verlas como algo susceptible de ser replanteado.