En El resplandor, una de las novelas más famosas de Stephen King, la habilidad de Danny Torrance para comunicarse con el mundo de los muertos es una experiencia terrorífica. Cuando llega al hotel Overlook junto a su familia, las apariciones de las personas que murieron en ese lugar están acompañadas de una atmósfera inquietante, de pesadilla. El protagonista de la película The Black Phone (El teléfono negro) de Scott Derrickson también es capaz de sentir la presencia de los fantasmas -un elemento que tiene algo anecdótico, ya que el cuento que sirve como base para la historia fue escrito por Joe Hill, hijo de King-, pero en este caso pasan de ser de una amenaza a una inesperada fuente de ayuda.
Jason Blum
Halloween Kills (2021)
Cuando vi Halloween (2018) de David Gordon Green, una de las cosas que me llamó la atención fue que era una secuela directa de la película original que John Carpenter estrenó en 1978. Es decir, prescindía de todas las otras cintas de la saga, incluida Halloween II (1981), que transcurría inmediatamente después de los hechos narrados en la primera obra. Si estos trabajos muestran a un asesino imparable, prácticamente inmortal, y la actriz Jamie Lee Curtis ya había repetido su papel de Laurie Strode en otras entregas, ¿por qué no mostrarla como una continuación de esa línea de tiempo preexistente? La razón es que con este nuevo camino los realizadores querían borrar un elemento que marcó el trayecto de los largometrajes posteriores, con tal de recuperar el espíritu de la historia que originó todo.
Freaky (2020)
Tras su apogeo en los años 80, el cine slasher ha intentado varias formas de mantenerse vigente, siendo una de ellas ocupar un punto de vista autoconsciente y hasta autorreferencial. Una vez que Wes Craven revitalizó este subgénero con Scream (1996) y sus secuelas, surgieron otros esfuerzos por explorar las posibilidades de las reglas que definen a este tipo de historias. Ya sea documentales falsos protagonizados por aspirantes a asesinos, películas que juegan con el lenguaje cinematográfico y las convenciones narrativas, o incluso cintas que combinan sus lugares comunes con otras fórmulas como el de los bucles temporales, parece que siempre nos encontraremos con obras que diseccionen las partes de estos famosos y reconocibles relatos.
The Hunt (2020)
Hay algunas películas que deben recorrer caminos complicados para ser estrenadas. Puede ser por dificultades presupuestarias, inclemencias climáticas, desacuerdos creativos, entrometimientos de los estudios, entre otras cosas, pero hay pocos casos como el de The Hunt, que se vio rodeada de una ruidosa controversia en la que estuvo involucrado el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Con una premisa violenta, que presentaba algunos guiños al actual panorama político de ese país, la cinta llamó la atención de los sectores conservadores, quienes vieron en la obra un ataque directo hacia ellos. Esta situación, sumada a un par de tiroteos masivos que hicieron poco aconsejable su estreno en septiembre del año pasado, dejó a la obra en un estado de incertidumbre, pero después de unos meses pudo ser mostrada al público.
The Invisible Man (2020)
Hace algunos años, Universal Pictures decidió seguir la moda de los universos cinematográficos cohesionados para diseñar su propia franquicia en torno a los monstruos clásicos que el estudio creó en la década de 1930. La idea era hacer nuevas versiones de esas obras e interconectarlas como las populares cintas de superhéroes que han dominado el mercado estadounidense, llegando a anunciar a los actores que estarían involucrados en los proyectos, donde estaban Tom Cruise, Sofia Boutella, Russell Crowe, Javier Bardem y Johnny Depp, quienes incluso se sacaron una foto oficial para promocionarlo. Sin embargo, la floja recepción de The Mummy (2017), que iba a ser el punto de partida del denominado Dark Universe, no fue suficiente para poner en movimiento el plan y todo quedó suspendido.
Happy Death Day 2U (2019)
El recurso narrativo de los bucles temporales, popularizado por la película Groundhog Day (1993) de Harold Ramis, puede convertirse en un elemento bastante entretenido si es bien ocupado. La repetición constante de un determinado ciclo entrega la posibilidad de explorar una misma situación desde perspectivas distintas, algo que permite eludir el riesgo de la monotonía a pesar de estar viendo los mismos hechos varias veces. Ante la inmutabilidad del entorno en el que se encuentra inserto el personaje principal, será la conducta del protagonista la encargada de mover la trama y presentar nuevos aspectos del relato, algo que entendió bien el director Christopher Landon cuando hizo Happy Death Day (2017).
Us (2019)
El ascenso de Jordan Peele como una figura dentro del cine de terror ha sido meteórica. Aunque su carrera estuvo principalmente ligada a la comedia, el estreno de su primer largometraje como director y guionista, Get Out (2017), se convirtió en un verdadero ícono de la cultura popular estadounidense, y le significó a Peele ganar un premio Óscar en la categoría de mejor guion original. Esta nueva faceta quedó remarcada con su elección como el presentador de la próxima versión de The Twilight Zone, ocupando así el rol que tuvo el mítico Rod Sterling. Todos estos reconocimientos han generado altas expectativas sobre su siguiente trabajo como cineasta, la película Us (Nosotros), que se estrenó este año.
Glass (2019)
Los giros en la trama, es decir, las sorpresas que buscan descolocar a los espectadores al final de las películas, se convirtieron en un rasgo característico en la carrera del director M. Night Shyamalan, tanto así que pasaron a ser un verdadero cliché al momentos de hablar de sus trabajos. En su anterior cinta, Split (2016), nuevamente recurrió a esta herramienta, pero lo hizo de una manera novedosa, conectando aquella obra con otra de sus películas, Unbreakable (2000), haciendo que ambas transcurrieran en el mismo universo. Era la primera vez que el director hacía una secuela de alguna de sus obras, y lo hizo de tal forma que no nos avisó hasta antes de los créditos finales.
Upgrade (2018)
El protagonista de la película Upgrade, Grey Trace (Logan Marshall-Green), es presentado como un hombre anacrónico, que parece no pertenecer a la época en la que vive. Si bien la cinta está ambientada algunos años en el futuro, en una sociedad donde existen automóviles autónomos, las casas pueden ser controladas a través de sistemas operativos y hay complementos tecnológicos que son instalados en los cuerpos de las personas, el personaje principal de esta obra prefiere un entorno más análogo y tangible. En la primera escena lo vemos escuchando música en un tocadiscos, mientras trabaja en un vehículo de modelo clásico, una actividad que no es un simple pasatiempo, sino que su principal ocupación. Su esposa Asha (Melanie Vallejo), en cambio, posee un alto cargo dentro de una pujante compañía tecnológica.
BlacKkKlansman (2018)
Con el tenso clima político que existe actualmente en Estados Unidos, resultaba inevitable que el cine de aquel país decidiera explorar algunas de las situaciones que se están viviendo dentro de su territorio. Mientras Steven Spielberg prefirió destacar el rol de la prensa como una de las herramientas capaces de vigilar el desempeño de los gobernantes con su cinta The Post (2017), cuya creación estuvo inspirada en parte por los roces entre el presidente Donald Trump y los periodistas, ahora es Spike Lee quien con el estreno de BlacKkKlansman (El infiltrado del KKKlan) pone de manifiesto otra de las preocupaciones que han surgido durante ese gobierno, la revitalización mediática de grupos supremacistas blancos.
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