Kung Fury (2015)

Kung_Fury_posterPara que una película alcance la esquiva categoría “tan mala que es buena”, no basta que tenga actuaciones malas, un guión ridículo o efectos especiales de baja calidad. Más importante que estos elementos es la intención que está detrás de la obra. Cintas como Plan 9 from Outer Space (1959), Troll 2 (1990), Takilleitor (1996) y The Room (2003) se han convertido en verdaderos clásicos debido a que las personas que participaron en ellas creían que estaban haciendo algo de buena calidad. Es esta ingenuidad, combinado con lo deplorable del resultado, lo que genera una profunda fascinación en el espectador, quien además se entretiene intentando adivinar qué los llevó a tomar ese tipo de decisiones.

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